Un día decidí que quería establecerme en un lugar fijo, pero no lo logre, apenas me asentaba en alguna parte alguien se quería deshacer de mi con una escoba, un plumero, un trapo, con lo que fuera; nadie me quería cerca. Fue entonces que me di cuenta de la verdad: en este mundo era considerado desagradable y no era dueño de absolutamente de nada, ni siquiera de mi mismo pues era victima de cualquiera que se lo propusiese.
Pero hoy paso algo diferente.
Hoy al amanecer, mientras me sentía triste y miserable siendo llevado por el ágil movimiento de una escoba, eso paso. Un r haz de luz paso por una ranura entre las tejas del techo, y yo pase por él. Fue increíble. Sentí como la luz me envolvía, como aun fluía desde mi interior haciéndome parte de la luz. Observé como cientos de mis compañeros experimentaban el mismo extraordinario y maravilloso acontecimiento.
Al poco tiempo el viento me regreso a mi cotidianidad, aparentemente, pues ahora todo ha cambiado. Siento que mi vida tiene por fin un sentido. Soplen lo que quiera vientos, muévanse si quieren plumeros, no me importa, pues ahora tengo una esperanza: que algún día volveré a formar parte de ese haz de luz.
Y quizás ya no sea solo un momento, sino para siempre.