Home | Posts RSS | Comments RSS | Login

Ayúdame, mi Señor, a mirarte a ti

martes, 5 de mayo de 2009

Si en mi corazón yo hubiera mirado a la iniquidad el Señor no hubiera escuchado
mi voz. Salmo 66:18

Cuantas veces seguiré viendo horrorizado mi maldad.- Cuantas veces seguiré sintiéndome indigno y callare ante mi rey.
Hasta cuando bajara la definición de gracia de mi cabeza a mi corazón.
Tu lo entendiste David, tu que realmente le fallaste. Y yo, me ahogo en mi vaso de agua. Y yo sigo entendiendo sin entender lo que es gracia. Ayúdame, mi Señor, a mirarte a ti para que puedas escuchar mi voz.

El viernes de Pedro [3]

Salieron todos juntos de aquel aposento y tu corazón desconcertado con fuerza. Y a pasar de todo Él te seguía considerado.

Tu Santiago y Juan lo acompañaron en el monte de los Olivos, era la hora de orar juntos, tal y como rieron, comieron y caminaron juntos, pero esta sería la última. Y sin embargo aún tu no lo entendías, ni los otros, ni yo.


Pidan a Dios fuerzas para resistir la tentación

Te dormiste. Quizás demasiadas emociones en un día, quizás no podías hablar con Dios. ¿Habrás soñado?, cualquier cosa era buena para evadir el dolor y la incertidumbre que te atormentaba.


¿Por qué están durmiendo?, pidan fuerzas para resistir la tentación

A pesar de ello seguiste dormido, vencido de tristeza. Juan escucho algo antes de dormir Estoy orando por ellos y no por el mundo…Cuídalos por el poder del nombre que tu me diste, para que puedan ser uno así como tú y yo…


Y viste a tu señor sudar rojo y le oíste decir:

Levántense! ¡Vámonos! ya viene el que me ha de entregar

Y miraste a Judas dar un beso a tu maestro. Cuantas veces habías visto este gesto de cariño, cuantas veces tu mismo lo habías hecho con cotidiana armonía. Pero esta ocasión no era igual.